04/11/2021

Cintia Kemelmajer cita aportada por Cecilia Aszkinazi

Una preocupación que recorre el mundo Los niveles de depresión y ansiedad durante la pandemia fueron relevados por diversos equipos de investigación internacionales. Un metaestudio publicado en la revista The Lancet seleccionó 48 artículos realizados en diferentes partes del mundo para comparar el nivel de ansiedad o depresión antes de la pandemia y en la pandemia. En todos estos trabajos se vio, claramente, el aumento de la prevalencia de los estados emocionales relacionados con la ansiedad y la depresión durante la pandemia. Por ejemplo: si la prevalencia promedio estimada para los desórdenes de ansiedad en las mujeres jóvenes pre pandemia era de 5 mil en 100 mil personas, luego de la pandemia subió a 7 mil. “Esto demuestra que el estimado de cuánto la pandemia afectó en sentirse ansioso o deprimido es muy grande”, advierte Viola. Y subraya: “Particularmente las mujeres son los grupos de riesgo más vulnerables y en dicho trabajo se discute que ello puede deberse a que en la mujer recae mucho más el cuidado familiar, el seguimiento de los hijos en las tareas de la escuela, la desigualdad en los salarios, entre otras cosas. Siempre hay una situación de desventaja en las mujeres respecto de los varones”. Ahora, con la información que proveerá el estudio del que forma parte Viola, se podrán identificar los factores de riesgo y diseñar estrategias para mermar los efectos de la pandemia en la salud mental de la población argentina. “Está claro que el encierro y el miedo a contagiarse no ayuda a la salud mental de las personas. Pero si sabemos que es bueno hacer actividad física, podemos promoverlo, al menos virtualmente. O promover encuentros en lugares públicos. Es importante identificar qué hace bien, mal, los factores de riesgo y las cosas que pueden beneficiar a la población local. A partir de este estudio, se puede asociar los niveles de ansiedad generalizada, o los niveles de depresión, a determinadas variables, como el aislamiento social, la frecuencia en la actividad física semanal, el grado de vacunación, el género, la edad, la ocupación, y de este modo diseñar políticas públicas para proteger la salud mental”. La distinción del Premio L’Oréal – UNESCO “Por las mujeres en la ciencia” es un espaldarazo para este proyecto y para la trayectoria de Viola como neurocientífica. “Cuando me llamó la presidenta del CONICET, Ana Franchi, para comunicarme que lo había ganado yo estaba trabajando, en mi escritorio en casa, y fue una alegría inmensa. Lo primero que hice fue compartirlo con mi pareja, que también es neurocientista”, cuenta. “Si bien yo fui muy afortunada y nunca me sentí en inferioridad de condiciones por ser mujer en el ámbito científico, reconozco que las mujeres no siempre tenemos las mismas oportunidades que los hombres en la ciencia y en la sociedad en general. Por eso, premios así son muy importantes, para luchar contra la desigualdad que padecemos desde siempre”. Por

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