15/05/2022

AMEPSA INVITA I Encuentro Científico Argentino 2022

 Comunicación Preliminar

El personal de salud está compuesto por quienes realizan actividades en función de prevenir y mejorar la salud “(…) estado de completo bienestar físico, mental y social” de acuerdo con la OMS. Integrado por quienes proporcionan los servicios, es decir médicos, enfermeras, parteras, odontólogos, trabajadores comunitarios y trabajadores sociales, personal de laboratorio, gabinete, farmacéuticos y personal auxiliar. Incluye a quienes dirigen y organizan el funcionamiento del sistema general de salud.

De acuerdo con R. Pérez Cuevas y S. Doubova consideramos que “En la atención a la pandemia por COVID-19, el personal de salud enfrenta muchos retos entre los cuales identificamos tres como prioritarios: el pandemónium, derivado de la celeridad del avance de la pandemia y del caos inicial para responder a la emergencia, la precariedad del sistema de salud para responder a un problema de salud pública de gran magnitud y la paranoia derivada de la respuesta social del temor ante lo desconocido”.

El COVID-19 ha afectado drásticamente a los sistemas sanitarios mundiales. Estas circunstancias originaron una disfunción sistémica en la atención de la salud general y demando al personal implementar medidas urgentes no solo en términos cuantitativos sino también de competencias, lo que trajo aparejados incrementos de ansiedad, depresión y trastorno por estrés postraumático.

AMEPSA propone como alternativa a la concepción de la Salud Pública convencional hacer foco en la Salud Comunitaria que se apoya principalmente sobre cinco pilares: enfocado en la comunidad, con abordaje multisectorial y participación comunitaria, además de promover modelos de acción integrados y postular la necesidad de equipos multidisciplinarios.

1 comentario:

  1. Resumen semanal de Medscape
    Organización Mundial de la Salud: por la pandemia fallecieron 15 millones de personas en 2020 y 2021
    La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que la pandemia de COVID-19 mató a 14,9 millones de personas de manera directa e indirecta entre enero de 2020 y diciembre de 2021, más del doble de los 6,2 millones de decesos atribuidos al virus que informa el centro de recursos de Johns Hopkins University. El nuevo análisis incluyó aquellos fallecimientos derivados de la imposibilidad de acceso a prevención o tratamiento médico para otras patologías por la sobrecarga de los sistemas de salud.

    "Estos datos aleccionadores no solo apuntan al impacto de la pandemia, sino también a la necesidad de que todos los países inviertan en sistemas de salud más resilientes que puedan sostener los servicios de salud esenciales durante las crisis, incluidos sistemas de información de salud más fuertes", indicó Tedros Adhanom Ghebreyesus, Ph. D., director general de la OMS.

    Cuarta dosis de vacuna ofrece refuerzo "sustancial" en anticuerpos y respuesta celular
    La cuarta dosis de una vacuna de ARN mensajero contra la COVID-19 fortalece de manera "sustancial" tanto los anticuerpos como la inmunidad celular cuando se administra al menos seis meses después de la tercera dosis o primer refuerzo, según el estudio británico COV-BOOST, publicado en The Lancet Infectious Diseases. El hallazgo brinda evidencia adicional de la importancia de que las personas se den un segundo refuerzo "tan pronto como sean elegibles", expresó el secretario de Salud británico, Sajid Javid. Por ahora Reino Unido indica esa aplicación a todos los mayores de 75 años, mientras que Estados Unidos bajó esa barra a los mayores de 50.

    De todos modos subsisten interrogantes sobre la magnitud de los beneficios adicionales de aplicar ese segundo refuerzo de manera extendida y cada cuánto habría que hacerlo. En un reciente comentario en The Lancet Respiratory Medicine, autores de Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos y de un centro colaborador de la OMS en Hong Kong argumentan que el intervalo de tiempo óptimo entre la vacunación básica contra la COVID-19 y las vacunas de refuerzo merece mucha más atención de la que se la ha dado hasta ahora. "Si COVID-19 se convierte en un virus endémico con circulación estacional, una distribución de dosis a intervalos de nueve o 12 meses podría proporcionar tanta protección como una vacunación más frecuente, por ejemplo, cada seis meses", sostuvieron.

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